A 30 años de la entrada en vigor del TLCAN/TMEC: efectos sobre la economía mexicana

Jue, 28 Dic 2023
Como en todos los tratados comerciales, ha beneficiado a diversos sectores y empresas y ha perjudicado a otros agentes de la economía
Análisis del Dr. Alejandro Rodríguez Arana, del Departamento de Economía de la IBERO Ciudad de México
El principal objetivo de los tratados comerciales no es incrementar el crecimiento económico, sino ampliar la variedad de bienes de consumo disponibles
  • El TLCAN/TMEC le ha permito a nuestro país contar con una mayor diversidad en el consumo de bienes y que sea un digno competidor en los mercados de capitales. (Foto: AFP)

Por: Dr. Alejandro Rodríguez Arana, Profesor e Investigador de Tiempo Completo del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Su correo electrónico es alejandro.rodriguez@ibero.mx

El principal objetivo de un tratado comercial es incrementar la diversidad de bienes de consumo disponibles en los miembros del acuerdo. Este objetivo será válido en la medida que no se deterioren distintas variables en las economías, como podrían ser el crecimiento del producto interno bruto (PIB) o la desigualdad entre las personas que componen la sociedad.  

El Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), el cual se ha reeditado como TMEC (Tratado México, Estados Unidos y Canadá), cumplirá treinta años de operación el 1 de enero de 2024. Dicho acuerdo ha generado, sin duda, un incremento considerable del comercio exterior en la región. En México, antes del TLCAN, la razón de comercio exterior a PIB (exportaciones más importaciones entre PIB) era poco menos de 30%. En los últimos años, dicho indicador de apertura comercial es superior a 85%.1 Es casi seguro que el objetivo de contar con una mayor diversidad de bienes de consumo se ha cumplido. 

Sin embargo, muchas personas esperaban que el TLCAN incrementara de manera considerable el crecimiento económico. Durante las negociaciones del tratado y cuando éste comenzó a operar, diversos investigadores2 pronosticaban un aumento significativo del crecimiento del PIB para los años venideros. En lugar de eso, a menos de un año del inicio del TLCAN, México enfrentó una crisis financiera, la cual propició una caída del PIB de alrededor de 6% en 1995. 

Paul Krugman3, Premio Nobel de Economía en 2008, atribuyó esa crisis a un exceso de confianza en buena medida generado por el TLCAN. Así, muchos empresarios y particulares se endeudaron en dólares en los años previos. Cuando se vio que el tratado no iba a generar el mayor crecimiento pronosticado, los acreedores exigieron el pago de sus créditos y México cayó en crisis. El mismo Krugman recuerda en su artículo que el principal objetivo de los tratados comerciales no es incrementar el crecimiento económico, sino ampliar la variedad de bienes de consumo disponibles. 

Como en todos los tratados comerciales, el TLCAN ha beneficiado a diversos sectores y empresas y ha perjudicado a otros agentes de la economía. En el sector agropecuario, los cultivos tradicionales como el maíz se vieron perjudicados. En cambio, hubo un impulso muy considerable en la producción y exportación de hortalizas y flores. En el sector industrial, inicialmente las empresas productoras de bienes de capital se vieron perjudicadas. Después ha habido una inserción del sector manufacturero en cadenas productivas muy grandes, como las que tienen lugar en el sector automotriz. 

El impulso de las exportaciones manufactureras ha sido notable, pero las importaciones en general, y en particular en el propio sector manufacturero, también son muy elevadas. Esto no necesariamente es algo negativo. Partes de los productos se exportan, luego regresan con valor agregado como importaciones y más adelante se vuelven a exportar con valor agregado adicional. Es el signo de los tiempos actuales. 

Un problema que ha ocurrido es que, aunque tal vez las ganancias de los sectores y empresas beneficiadas por el TLCAN han sido superiores a las pérdidas de otros sectores y empresas, no ha habido mecanismos adecuados para compensar a las personas y empresas afectadas, lo cual pudo haber incrementado la desigualdad. 

Como en el sector agropecuario diversos cultivos tradicionales se vieron afectados, y las personas empleadas en esos cultivos no eran trabajadores calificados, esto golpeó a sectores muy pobres de la sociedad. Al mismo tiempo, la inserción de muchas empresas de la industria manufacturera en cadenas de valor globales, requirió de trabajadores calificados, lo cual también desplazó a trabajadores no calificados, generando probablemente mayor desigualdad entre los trabajadores y sus familias. 

En la literatura económica la evaluación del TLCAN y el TMEC no llega a un consenso. Así, por ejemplo, el trabajo de Romalis en 2005 indica una pequeña pérdida de bienestar para México a 11 años de la puesta en marcha del TLCAN. Calienda y Parro en 2015 citan y critican el trabajo de Romalis y señalan una ganancia en bienestar, aunque también pequeña. En cambio, Kose et al en 2004 reportaban ganancias muy grandes para México en términos de mayor productividad por el TLCAN a fines de los años noventa. A su vez, Steinberg en 2020 lleva a cabo una simulación de las pérdidas que habría para Canadá, Estados Unidos y México por la posible terminación del TLCAN ante las amenazas de Donald Trump. Sus resultados muestran pérdidas en bienestar para los tres países, aunque no muy grandes. En el caso de México la pérdida de bienestar calculada es de 0.2% del PIB. 

El TLCAN y ahora TMEC ha cambiado la manera en que México se inserta en la globalización. Un claro defecto de los estudios mencionados anteriormente es que miran sólo las posibles ganancias y pérdidas que el tratado ha tenido o podría tener a través del comercio exterior. Sin embargo, el tratado ha permitido que México entre plenamente a competir por inversión extranjera de diversos tipos en los mercados de capitales. Una posible terminación de dicho acuerdo no sólo reduciría el comercio, sino la entrada neta de capitales, con un consecuente ajuste cambiario que podría incrementar la inflación y reducir el crecimiento económico. La crisis de 1995 duró poco precisamente porque México ya estaba inserto en los mercados globales y eso dio lugar a un préstamo de Estados Unidos, el cual permitió una rápida salida de la crisis. Una vez que se normalizó la situación, México pagó con intereses y en tiempo y forma el préstamo descrito. El contraste con la crisis de 1982 es claro. En esa época no había TLCAN y la crisis que surgió ese año se prolongó por otros cinco años. 

Por lo anterior, si bien es cierto que el TLCAN y ahora TMEC no han sido un detonador de crecimiento económico en México, sí le han permito a nuestro país contar con una mayor diversidad en el consumo de bienes y que sea un digno competidor en los mercados de capitales. Ha habido perdedores y lamentablemente muchos de ellos se sitúan en sectores muy necesitados de la sociedad, por lo que es conveniente atenderlos a través de una política social más focalizada

Bibliografía 

Caliendo, L y F Parro (2015). Estimates of the welfare effects of NAFTA. Review of Economic Studies, vol 82, pp. 1-44. 

Kehoe, P y T. Kehoe (1994). Capturing NAFTA ́s impact with applied general equilibrium models. Federal Reserve Bank of Minneapolis, Quarterly Review, vol 19, número 1, pp. 1-20. 

Kose, M, G. Meredith y C. Towe (2004). How has NAFTA affected the Mexican economy. Review and evidence. IMF Working Paper WP/04/59. Fondo Monetario Internacional. 

Krugman, P (1995). Dutch tulips and emerging markets. Foreign Affairs, Julio-Agosto, pp. 28-44. 

Romalis, J (2005). NAFTA ́s and CUSFTA ́s impact on international trade. Review of Economics and Statistics, vol 89, número 3, pp. 416-435. 

Sobarzo, H (1994). A general equilibrium analysis of the gains from trade for the Mexican economy of the North American Free Trade Agreement. Mimeo. Federal Reserve Bank of Minneapolis. 

Steinberg, J.B (2020). The macroeconomic effects of NAFTA termination. Canadian Journal of Economics, vol 53, número 2, pp. 821-865. 

 
1 La razón de comercio exterior a PIB en 1993 fue de 26%. En 2022 de 88%. Esta medida incluye servicios como turismo. Fuente: Banco de Información Económica del INEGI. 
2 Ver por ejemplo Kehoe and Kehoe (1994) y Sobarzo (1994). 
3 Ver Krugman (1995). 

 

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