Estado ve áreas naturales protegidas como gasto, no como inversión

Mar, 27 Jun 2017
Académicos de la Universidad Iberoamericana y europeos realizaron la investigación "Mecanismos financieros innovadores para la conservación de la biodiversidad"
  • Dr. José Alberto Lara, académico de la IBERO y especialista en temas de economía del medio ambiente.

El Estado mexicano considera un gasto la conservación de áreas naturales protegidas (ANP), al no ver la asignación de recursos como una inversión a largo plazo para el cuidado del medio ambiente, señaló el doctor José Alberto Lara Pulido, académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y especialista en temas de economía del medio ambiente. 

“Este gobierno nada más quiere invertir en cosas productivas y no ve que las áreas naturales pueden proveer una serie de beneficios económicos; pero como se dan de manera indirecta, por ejemplo, a través de la purificación del agua o la polinización, y no en toneladas de cultivos, piensa que es un gasto”.

Descuidar las ANP podría traer consigo en 20 o 30 años un deterioro ambiental, por ejemplo, con la degradación de los suelos. Esto podría evitarse con la implementación de instrumentos financieros útiles para la protección de cualquier tipo ecosistema de los que hay en México. 

Uno de esos instrumentos es el cobro de cuotas de entrada a las áreas naturales protegidas “un tema que a nosotros nos gustaría promover, porque sentimos que hay una oportunidad ahora que acaban de ampliar en México la cobertura de ANP de 20 a 30 millones de hectáreas”. 

Ese y otros ejemplos de instrumentos financieros que ya se aplican con éxito en México y Europa aparecen en "Mecanismos financieros innovadores para la conservación de la biodiversidad. Un comparativo de experiencias entre Europa y México", investigación realizada por los doctores José Alberto Lara Pulido y Alejandro Guevara Sanginés, vicerrector Académico de la IBERO; en conjunto con docentes del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD) de Francia.

El proyecto surgió derivado de tres talleres sobre "Mecanismos innovadores para la financiación de la biodiversidad: un intercambio entre Europa y México", que se llevaron a cabo en 2016 en la Universidad Iberoamericana, en la Cámara de Diputados y en Bruselas, Bélgica. 

Este trabajo internacional e interinstitucional de investigación es producto de esos tres talleres, y de las indagaciones posteriores que los académicos de la IBERO y el CIRAD realizaron. La investigación fue  auspiciada por la Unión Europea con el objetivo de identificar qué mecanismos financieros innovadores se pueden promover en México y cuáles en Europa, para la conservación de la biodiversidad. 

Instrumentos financieros

El doctor Lara mencionó que un instrumento financiero se refiere a cómo atraer dinero para conservar la biodiversidad, bajo qué mecanismos se hará que ese capital genere una conservación efectiva y cuáles son sus pros y contras.

Tras una revisión y diagnóstico de los instrumentos financieros que se usan en el mundo, se encontró que uno de los más conocidos es el pago por servicios ambientales; que consiste en que, por ejemplo, “una área forestal protegida está prestándole servicios a la humanidad al captar agua, pues los bosques infiltran agua. Entonces al mantener un bosque en buenas condiciones se genera un servicio hidrológico, el agua, que al final llega a los acuíferos y beneficia a todos”, explicó Lara.

Otro instrumento es el banco de humedales. Los humedales (o manglares) son franjas de árboles que están en las costas, y por ejemplo, si viene un huracán, mitigan la energía de las olas; ese es el servicio ambiental que cumplen, además de filtrar agua. “Si alguien quiere construir un hotel en la costa eso implica quitar una porción de manglar. Entonces el bancos de humedales acceden a que se elimine cierta porción de humedal, pero a cambio de que el hotelero compense el daño restaurando una zona de igual o mayor tamaño a la de la perturbación”.

Como hay una diversidad de instrumentos identificados en México se hizo una revisión de la literatura en internet y con esta se armó una base de datos; sin embargo, se detectó que los proyectos más novedosos no están documentados. 

“A partir de eso comenzamos a hacer una serie de entrevistas semiestructuradas a distintas personas que empezamos a contactar porque sabemos están en este tipo de proyectos. La metodología se llama ‘de bola de nieve’, o sea, le preguntas a uno y él te va a referir con otro y con otro”.

Una de las organizaciones entrevistadas fue El buen socio, “financiera que opera en Oaxaca y Chiapas, y que financia cosas que el sistema financiero no financia”. Por ejemplo, hay una comunidad de pescadores que consiguió dinero para lanchas y artículos de pesca que respetan el medio ambiente, y son sostenibles. 

Pero la gasolina que necesitan es cara y la comunidad no tiene el dinero para comprarla, entonces El buen socio les da un crédito para comprar gasolina, gracias a que confía en la comunidad de pescadores por tener éstos el respaldo del  Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), una organización con bastante prestigio que ya había trabajado con los pescadores.

Recomendaciones:

En la investigación están documentados una decena de casos de éxito de mecanismos financieros que se utilizan en México. Y como parte del trabajo académico se generaron tres reportes: uno sobre México, otro acerca de Europa y una síntesis que une las experiencias de México y Europa.

En las conclusiones del documento para México se emiten las siguientes recomendaciones:

1. Reorientar los recursos que se dan al sector rural. Si bien se destina bastante dinero a este sector, para apoyar la agricultura y diversos proyectos, a veces se tienen objetivos contrapuestos. Por ejemplo, hay muchos subsidios para comprar insumos agrícolas, como fertilizantes, lo que “hace artificialmente rentable la actividad agrícola, además de que los fertilizantes contaminan los ecosistemas. Lo que proponemos es, no quitarle dinero a la agricultura, simplemente administrarlo mejor, quizá en proyectos integrales entre agricultores y productores forestales".

2. Incluir a todos los actores de una comunidad en la toma de decisiones. Para que los proyectos de financiamiento a la biodiversidad sean exitosos al hacer de la conservación el objetivo común. De lo contrario, si se quiere hacer un proyecto de restauración forestal y se deja de lado a un grupo de agricultores que están ahí, ellos van a detener ese proyecto.

3. Proveer asistencia técnica a través de organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones internacionales y/o de la sociedad civil. Ya que hay veces que las comunidades están ávidas de hacer un proyecto, pero si no saben la forma de hacerlo o no tienen la suficiente asistencia técnica no lo lograrán.

4. Destinar un mínimo capital de riesgo para arrancar los proyectos. Como es dinero que no prestará el banco, se requieren fondos altruistas, no para subsidiar, si para dar un empujón con un primer capital.

5. Continuar con el esquema de pagos por servicios ambientales. Estos instrumentos se han mostrado efectivos en México para, por ejemplo, detener la deforestación, además hay muchos casos en México de iniciativas locales gracias a estos instrumentos.

6. Hacer un mejor cobro y uso de las cuotas de entrada a las áreas naturales protegidas. Si por ejemplo en el Parque Nacional Cabo Pulmo (en Baja California Sur), una  de las mejores reservas ecológicas del mundo, se impusiera un pago a todo el que entra y éste correspondiera al valor estético del lugar, se recaudarían fondos para mantenerlo en buenas condiciones y mandar el mensaje a la gente de que esa ANP tiene mucho valor. 

7. Que las grandes empresas mexicanas se comprometan con la conservación de la biodiversidad. Para que aporten capital de riesgo al lanzamiento de líneas de productos sustentables al mercado, y superar así los esfuerzos de proyectos de pequeños productores, que luego es muy difícil escalar.

 

Informes académicos:

 

Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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