Por: Jacob Sarabia Jáuregui, estudiante de la Especialidad en Nutrición Gerontológica, impartida en el Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana. 

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Las fiestas navideñas son una oportunidad de recordar y compartir con familiares y amigos los valores de generosidad, alegría, humildad, fortaleza y confianza. Aprovechamos estas fechas para hacer una pausa y analizar todo lo que ha sucedido en el último año, para demostrar lo mucho que queremos a nuestras y nuestro amigos y familiares, así como reconectar con quienes nos hemos distanciado. Pasamos tiempo en familia y lo atesoramos. Desafortunadamente, no todos tendrán el privilegio de estar cerca de sus seres queridos y de pasar las fiestas en familia. En esta ocasión me gustaría enfocarme en un grupo poblacional específico: las personas adultas mayores.

Las personas adultas mayores son un grupo vulnerable que ha empezado a tomar mayor visibilidad debido a su gran crecimiento poblacional (1,2). Hoy en día el mundo se enfrenta a un proceso inevitable e irreversible de envejecimiento demográfico (1,2). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2050 este grupo igualará la proporción de personas jóvenes y, específicamente, las personas de 80 años y más serán el grupo más numeroso de esta población (1,3). A nivel nacional y de acuerdo con datos del INEGI, este grupo representa el 12% de la población total.

Más allá de las cifras, lo inquietante es el escenario en el que ocurre este envejecimiento, caracterizado por pobreza, desigualdad, el avance del desempleo y el estigma de la sociedad, que relaciona a las personas adultas mayores con conceptos como la escasez, el deterioro y la limitación (2). El incremento de la edad es considerado un factor de riesgo para la soledad y el aislamiento social. 

En México, la prevalencia de la soledad en estas personas se estima entre el 13 y 34%, mientras que el aislamiento social se estima entre el 34 y 43% (4). En un estudio realizado por el Instituto Nacional de Geriatría se observó que el aislamiento social en personas adultas mayores está relacionado con el incremento de la mortalidad, asociado a enfermedades crónico degenerativas tales como diabetes, hipertensión y enfermedad renal (4). Por lo tanto, el rol que juega la cantidad y calidad de las redes de apoyo social en este grupo es fundamental para lograr un envejecimiento óptimo.

Lo anterior debe impulsarnos a crear conciencia y sensibilizarnos como sociedad sobre el aislamiento social en las personas adultas mayores. ¿Cómo podemos ayudar? Recordemos que quienes tienen una mayor actividad social, reportan menos síntomas depresivos (4). Ser conocidos/as y relacionarnos con las y los otros, es un medio por el cual las personas acumulamos crédito social, lo que se traduce, efectivamente, en un sentido de valor personal y fortalece los vínculos con la familia.

Hagámosles partícipes en la toma de decisiones sobre la planeación de las posadas y reuniones familiares, procuremos organizar los eventos en su casa o en lugares en los que estén cómodas y cómodos. Muchos/as son jubilados y es probable que, a diferencia de los jóvenes, pasen más tiempo en el entorno inmediato a su vivienda. 

Recordemos que los espacios familiares se asocian con recuerdos de las actividades comunitarias y de los placeres hogareños adquiridos a través del tiempo; por lo tanto, los tiempos de comida deben ser espacios destinados a la convivencia familiar y social. Deja el celular un rato y vuelve a conectar con tus abuelos, abuelas, tíos, tías, padres, madres y demás personas que hace tiempo que no ves.

Ayudémosles a fortalecer las redes de apoyo social que están a su alrededor y cada vez que tengamos la oportunidad de estar con una persona adulta mayor, enfoquémonos en lo enriquecedor que puede ser compartir un pasatiempo diferente, aprender una nueva disciplina, enmendar lazos, hacer una revisión de vida y adoptar juntos hábitos de vida saludables. 

Cambiar la percepción de la vejez necesita la participación de todas y todos como sociedad. Así que no dejemos que el espíritu navideño dure unos cuántos meses, mantengámoslo durante todo el año. ¡Seamos luz y llevemosla a quienes más la necesitan!

Bibliografía

• Inauguran en la IBERO el IV Congreso de Nutrición y Geriatría 2023
• ¿Por qué es importante estudiar el envejecimiento?
• Ocho recomendaciones básicas para lograr un envejecimiento sano y activo
• ¿Qué es la demencia frontotemporal? La enfermedad que aqueja a Bruce Willis
• Herpes Zóster: enfermedad viral poco conocida que llega con el envejecimiento
• México tiene más de 15 millones de adultos mayores y sólo 841 geriatras certificados
• Así ha cambiado el panorama epidemiológico del país: Directora del Departamento de Salud de la IBERO
• Nutriólogas IBERO nos dan 5 tips para mejorar nuestra relación con la comida estas fiestas decembrinas